Pedro Landa                                                                                                                                                                                                                  EA2BVN

CONDUCCIÓN EN NIEVE

   Una de las situaciones más divertidas que podemos encontrar en la conducción Todo Terreno es aquella en la que debemos rodar sobre nieve.

A la baja adherencia que presenta hay que añadir la dificultad para apreciar irregularidades del terreno. Estas quedan ocultas bajo la nieve que puede aparentar ser una superficie homogénea pero esconder auténticas trampas (zanjas, baches, desprendimientos, etc...)

En cuanto a los tipos de nieve que podemos encontrar diferenciaremos entre la nieve suelta (polvo) y la nieve compacta.

Cuando circulemos por nieve polvo apenas tendremos problemas de tracción, pues aunque la capa sea gruesa los neumáticos penetrarán bien y avanzaremos sin grandes dificultades. Pero ojo, esta nieve es la que mejor esconde las trampas antes descritas (zanjas...) por lo que convendrá circular por el centro de la pista, manteniéndonos siempre alerta.

Cuando la nieve es compacta, bien porque ha caído hace mucho tiempo bien porque ha sido muy pisada, puede presentarse el problema de la existencia de hielo. Habitualmente cuando la nieve lleva muchos días sobre las pistas, la zona inferior se congela, lo mismo ocurre cuando se comprime por el paso continuo de personas y vehículos. En estos casos los problemas de tracción son más numerosos.

Por regla general diremos que la conducción deberá carecer de brusquedades, utilizando marchas largas y moderando el acelerador. Es conveniente rodar a velocidad baja y uniforme, sin movimientos repentinos del volante que pueden hacernos patinar y perder en control del vehículo. En caso que se produzcan deslizamientos indeseados intentaremos corregir con movimientos de contravolante acompañados de suaves toques de acelerador. Para detenernos utilizaremos el freno motor, llegando a quitar el contacto del vehículo pero con una marcha engranada.

Cuando las cosas se ponen difíciles y el vehículo se niega a avanzar procederemos a dar marcha atrás unos metros y volveremos a intentarlo. Muchas veces es imprescindible retirar la nieve con una pala en un tramo de un metro por delante de los neumáticos  para que las ruedas traccionen y podamos continuar la travesía.

Por otro lado tampoco estará de más llevar algún juego de cadenas que nos permita salir de algún aprieto considerable. En caso de llevar tan sólo un juego las colocaremos en el eje delantero para conservar la direccionalidad.

Cuando vayamos a afrontar una subida podremos ir zigzagueando ligeramente para abrir camino, manteniendo una marcha larga y una velocidad estable.

Para bajadas será conveniente circular con una velocidad más corta, de forma que el motor vaya reteniendo la marcha del vehículo, y sin brusquedades en el volante, sobre todo en las curvas.

Por último recomendar, como siempre, ir un mínimo de dos coches y llevar material de desatasco que en más de una ocasión nos puede sacar de importantes apuros.

En cuanto a los neumáticos específicos para nieve, éstos son los que llevan la inscripción M+S. Yo los utilizo habitualmente, actualmente en el Terrano tanto las cubiertas de carretera (Pirelli Scorpion) como en las de monte (BFG Mud Terrain) y anteriormente tanto en el Suzuki Vitara como en el SJ 410 que los montaba de serie, (Firestone ATX). 

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(c) Pedro Landa 2000