Alternando
pista y asfalto llegamos hasta Pesquera de Ebro, junto a los cañones del río que
le da nombre, pueblo antiguo (s.IX),
con calles estrechas donde justo cabe un vehículo y casas
solariegas blasonadas, muchas de ellas recientemente rehabilitadas. Se aprecia
su dedicación al turismo en los últimos años, ya que existen varios mesones y
restaurantes, cosa inusual en este tipo de poblaciones. También existe la
posibilidad de alquilar piraguas y canoas para descender el
Ebro.
Cañón del
Ebro
Pesquera de Ebro, Puente
Medieval
Ermita de San Antonio
Continuando la ruta visitamos el pueblo semiabandonado de Cortiguera, en el cual se rodó parte de la película "El disputado voto del Sr. Cayo" de Paco Rabal, basada en la novela del mismo título escrita por Miguel Delibes. Este pueblo esta siendo reconstruido poco a poco, aunque todavía carece de agua corriente y luz eléctrica.
Siguiendo
por pistas bordeadas de trigales y sin ninguna dificultad llegamos a Covanera,
en la carretera N-623 Burgos - Santander. En este pueblo situado en el
cañón del río Rudrón destaca el Pozo Azul, llamado así por el color intenso de
sus aguas debido a la profundidad.
El Pozo Azul
Después de tomar un refrigerio en el hostal, tomamos una calleja que desemboca en una pista muy rota y con bastante pendiente. Es aquí donde comienza el tramo de ruta más incómodo y que discurre por la zona de La Lora. En concreto, el primer pueblo que encontra- mos es Ayoluengo con su iglesia románica, desde donde nos diri- gimos a visitar los pozos de petróleo que posee Repsol y que se encuentran en funcionamiento, formando un paisaje que recuerda al de la serie Dallas, aunque un poco más modesto.
Ayoluengo
Pocos
kilómetros después nos encontramos con uno de los pasos más delicados del
trayecto, pero no por la dificultad del terreno, si no porque hay que atravesar
una finca desconectando previamente el cable de 12Voltios que impide el paso del
ganado. No existe cadena, ni candado, ni siquiera puerta, se trata de un paso
canadiense en medio de una valla y tan sólo está el cable eléctrico mencionado,
cable que recorre todo el perímetro de la finca (enorme por cierto), pero
resulta un tanto violento tener que desconectarlo, abrirlo, cruzar y volver a
cerrar y conectar. Por si fuera poco, al salir de la finca nos cruzamos con un
tractor con comida para las vacas, cuyo conductor nos echó una mirada
matadora.
Así nos
hubiese dejado el ganadero en cuestión.
Así, de esta
forma llegamos a San Martín de Elines, cuya Colegiata Románica es digna de
ver.
Colegiata Románica de San Martín de
Elines.
Seguimos alternando zonas de asfalto con pistas rápidas hasta llegar a las cercanías del Pantano del Ebro y más concretamente a la localidad cántabra de La Aguilera.
Pantano del Ebro, a la derecha línea del ferrocarril Bilbao-La Robla.
Desde aquí falta poco para el final de la travesía, bajamos a Arroyo, y desde aquí tomamos una pista que desemboca en un cortafuegos que en invierno con agua y nieve se las trae, pero ahora, en verano, no presenta más dificultades que las propias de las fuertes pendientes y los cruces de puentes.
Un descanso en el cortafuegos con el Pantano al fondo.
Una vez descendido el cortafuegos volvemos a la localidad de Arroyo, donde damos por finalizada la ruta.