EA2BVN                                                                                                                                                        Pedro Landa

Pantano del Ebro
Entre Burgos y Cantabria

    Habitualmente paso mis vacaciones en esta zona por lo que aprovecho para explorar las múltiples pistas y cortafuegos que surcan los montes entre las dos provincias.
En esta ocasión relataré una de las travesías que tengo preparadas y que refresqué la pasada Semana Santa.
    Comencé la ruta en el pueblo burgalés de Arija, reconocido por su fábrica de arena y las playas del Pantano del Ebro. Desde aquí y en esta ocasión  por asfalto llegué al pueblo cántabro de Llano donde comenzaron las pistas.
Entre bosques y prados comienza la ascensión por una pista de tierra muy bien conservada y sin ninguna dificultad.
Vitara3 Comenzando entre bosques con buen piso y sin dificultad.
 
     Poco después, para darle mayor aliciente al asunto dejamos la pista principal y tomamos un pequeño cortafuegos que enlaza con otro mucho mayor, éste ya con una pendiente en subida considerable, lo que unido al barro existente contribuyó a incrementar el interés del tramo. Pero lo mejor esta por llegar, una vez ascendido el cortafuegos hay que bajarlo hacia la otra vertiente, con una pendiente mayor si cabe; aquí si que hay que pensárselo si uno va sólo.


cortafuegos1En esta zona son frecuentes los cortafuegos, que recorren grandes extensiones de terreno.

 Siguiendo la ruta atravesamos pequeños pueblos  ganaderos  y  nos  dirigimos  al  Pico Bigüenzo (1.268 metros), lugar donde habitualmente suelo ir para hacer radio ya que es una de las cotas accesibles más altas que conozco por ahí.
La pista que baja hasta Bustillo del Monte está bastante rota pero su trazado no presenta ninguna dificultad.


Bustillo del Monte Bustillo del Monte.
    Se trata de un pequeño pueblo agrario de la provincia de Cantabria al que se accede bien por pista, bien por una carretera asfaltada muy estrecha y revirada.
    A partir de aquí y hasta llegar al monasterio de Montesclaros, viene un tramo de carretera de unos dieciocho kilómetros, sin ningún interés. Al llegar al monasterio cogemos una pequeña carretera que nos lleva hasta el apeadero del tren, hoy en día en desuso pues pertenece a la línea de la Robla ya desaparecida. Debemos subir al andén y desde aquí cruzar las vías para coger una pista bastante húmeda que aunque no es difícil nos puede hacer disfrutar, sobre todo si vamos con tracción trasera.

Montesclaros    

Comenzaba a oscurecer en el apeadero de Montesclaros (920 metros).

   

 

Viendo que se echaba la noche decidí dar por terminada la salida, el día siguiente volvería para finalizar el rutómetro.

    Al día siguiente regresé al punto donde lo había dejado, comenzando la ascensión a La Aguilera, pueblo en el que se deja el asfalto para adentrarse de nuevo en pistas y cortafuegos.
Aunque las pistas son buenas siempre hay algo que nos llama la atención............


esqueletoYa no saben que hacer para impedirnos el paso.

    En el camino de regreso a casa nos encontramos con todo tipo de terrenos, pista en buen estado, cortafuegos con magníficas vistas, ciénagas inmundas para vadear, trialeras donde los palieres se ponen a prueba y finalmente asfalto en el últiimo kilómetro para regresar a casa.
 
 



cortafuegos2Aunque no se aprecie al fondo está el Pantano del Ebro y el Puerto del Escudo.
 

Fin
 

 

 

 



Rutómetro

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